Herramientas tecnológicas y escuela
En mi desempeño profesional como Asesora Pedagógica en escuelas de Nivel Primario y Medio, las oportunidades de trabajar en proyectos que involucren a las nuevas tecnologías no han sido muchas.
En un principio, éstas se han relacionado sobre todo con la urgencia de las instituciones de responder a las exigencias sociales de enseñar a los alumnos a utilizar la PC y a navegar por Internet.
Ante el anuncio del arribo del equipamiento, la institución inauguró el Aula o Laboratorio de Computación, atendió a las condiciones de seguridad que requerían la presencia de estos costosos aparatos y una vez instalados en la escuela se comenzó a pensar en el perfil profesional del docente que estaría a cargo del Laboratorio y del aprendizaje de los alumnos.
Este estado de cosas marca, en los casos referidos, el inicio de una relación conflictiva entre escuela y nuevas tecnologías y hace evidente que en estas situaciones se privilegian los medios tecnológicos por sobre los procesos de enseñanza y de aprendizaje, otorgándoles la categoría de garantes de “actualización pedagógica”. Al respecto, Begoña Gros (2004:2) refiere: “Los avances de la tecnología se incorporan en la educación sin que haya una reflexión y un estudio sobre las repercusiones educativas de los medios”.
Más adelante en el tiempo, hubo conexión a Internet y las PC ganaron otros espacios: dirección, administración, sala de profesores. Pero existían (y existen) espacios donde aún no se encuentran: aulas y biblioteca.
La realidad es que, a pesar de la presencia física de las PC, las prácticas escolares no se modificaron ni enriquecieron: los aparatos están en el Laboratorio de Computación y los docentes y los alumnos en las aulas.
Herramientas tecnológicas y vida cotidiana
Como contrapartida, las nuevas tecnologías tienen una especie de omnipresencia en la vida cotidiana de esos mismos habitantes del espacio escolar y no se limita al uso, por cierto intensivo, de la PC e Internet.
Desde una perspectiva personal, además del uso del teléfono celular consagrado como la posesión tecnológica más extendida, puedo reconocer otras herramientas de la Sociedad de la Información que modificaron mis rutinas y modo de vida. Entre ellas identifico: las computadoras portátiles, la posibilidad de conexión a Internet a través de Wi-Fi en lugares públicos y privados, las agendas electrónicas (Palm), los scanners e impresoras láser y a chorro de tinta, la realización de operaciones bancarias como el pago de servicios, impuestos vía Internet, la cámara digital, los tensiómetros y termómetros digitales, los nuevos y cada vez más precisos instrumentos de diagnóstico que permiten la detección precoz de enfermedades o afecciones, los lectores de códigos de barra en los comercios, las lectoras de CD y DVD, los Pen-Drive, los I-Pod, MP3 y MP4.
Uno de las efectos de esta penetración en las múltiples actividades cotidianas, es la flexibilización en la concepción y el uso de los tiempos y espacios, a saber: se puede trabajar, cumplir con obligaciones impositivas y socializar no sólo en los lugares tradicionalmente destinados a realizar estas actividades (escuelas, oficinas, bancos, bares) sino también pueden ser realizadas al mismo tiempo gracias al teléfono celular, la PC e Internet; también es posible escuchar música y aprender idiomas o escuchar conferencias mientras se espera el colectivo o en el consultorio médico. Los avances en diagnóstico médico facilitados por las nuevas tecnologías, han demostrado que es necesario tomar algunos recaudos y controlar la salud periódicamente, aún cuando no existan síntomas que indiquen la presencia de enfermedades.
Los efectos sociales de las nuevas tecnologías no sólo se reflejan en los hábitos y costumbres, sino que también reconocemos su presencia en la construcción de subjetividades. Los productos tecnológicos forman parte de las notas de identidad que hemos naturalizado (falsamente) como propias de adolescentes y jóvenes. Estos “nativos digitales” los reconocen como constitutivos de su entorno y se apropian de ellos desarrollando capacidades adecuadas para comprender la estructura lingüística de la tecnología y de los medios de comunicación.
¿Qué educación en la Sociedad de la Información?
Autores como Levis (2004) y Castells (1997) advierten sobre la desigualdad de los diferentes países y de los distintos sectores que los componen en el rol que los mismos desempeñan y en la producción y acceso a las tecnologías de información y comunicación sobre las que se funda la Sociedad de la Información. Al respecto Levis advierte que esta situación impide hablar en singular sino que cabe la denominación “Sociedades de la Información” que habilita a reflexionar sobre el aumento de las desigualdades en el desarrollo de los países. Es interesante su llamado a abandonar declaraciones y visiones que rayan con la construcción de un nuevo mito alrededor de las capacidades de las TIC para mejorar la calidad de vida de la sociedad en su conjunto. Lo que reclama es la propuesta concreta de acciones que tengan en cuenta “…las dinámicas socioculturales locales que impulsan los procesos de apropiación local de las tecnologías…”
Estas reflexiones interpelan a la educación al demandar la construcción de un proyecto local de incorporación de las tecnologías que contemple estas dinámicas socioculturales e incluya a alumnos y docentes. Otra lectura pertinente es la urgencia de abandonar la creencia en el mito de que la sola presencia de la PC en la escuela garantiza novedosos y actuales procesos de apropiación de conocimientos.
El desafío se plantea en el esfuerzo de superar la idea de “aprender a usar la tecnología” o usarla de manera pasiva y avanzar más allá teniendo como norte el desarrollo de la capacidad de trabajar con la información y el conocimiento analizándolo, comparándolo, produciéndolo y difundiéndolo. Se trata, al decir de Morin (1999: 53 y :48)”...de sacar provecho de la tecnología…” para “…favorecer la aptitud natural de la mente para plantear y resolver los problemas esenciales y (…) estimular la plena utilización de la inteligencia general”.
La presencia de las herramientas tecnológicas en el espacio escolar, ya sea por el empleo personal o formativo que le otorgan alumnos y docentes, obliga al reconocimiento de una diversidad cultural (las nuevas generaciones, los adultos) presente dentro de la misma cultura (la escolar). Esta ruptura de la idea de una cultura única y hegemónica coloca a la educación dentro de la complejidad y la incertidumbre, interpela los lugares del maestro y de los alumnos frente al conocimiento y cuestiona la naturalidad con la que hemos asumido la asimetría en la relación educativa.
La paradoja planteada entre la naturalidad con que los equipos tecnológicos y las redes informáticas pasaron a formar parte de nuestra vida y las múltiples dificultades y resistencias que se presentan a la hora de integrarlas a las situaciones de enseñanza institucionalizada, plantea la necesidad de discutir y tomar decisiones, entre otras, alrededor de los siguientes aspectos:
· El Proyecto Educativo Institucional: en el sentido de analizar los objetivos institucionales y su coherencia con la exigencia de una práctica que contemple la incorporación de las TIC a la enseñanza.
· La organización de los tiempos y espacios institucionales: de manera que facilite a los profesores el trabajo en equipo y la preparación de sus clases integrando la tecnología.
· La estructura curricular de la formación docente inicial: formada por disciplinas aisladas y reproductoras de concepciones tradicionales de tiempo, espacio y organización escolar.
BIBLIOGRAFÍA
· Castells, Manuel (1997). Prólogo: "La red y yo" en La era de la información. Economía, Sociedad y Cultura. Tomo I. Editorial Alianza. Madrid.
· Castells, Manuel (1997). Capítulo 1: "La revolución de la tecnología de la información" en La era de la información. Economía, Sociedad y Cultura. Tomo I. Editorial Alianza. Madrid.
· Gros, Begoña (2004). “De cómo la tecnología no logra integrarse en la escuela a menos que…. cambie la escuela “. Jornadas Espiral. Barcelona
· Levis, Diego (2004). Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información "Modelo para armar” en Signo y Pensamiento nº 44. Bogotá.
· Morin, Edgar (1999). “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”. UNESCO.
miércoles, 2 de julio de 2008
MÓDULO: Transformaciones y Desafíos de la Educación – Mayo 2008
en
13:47
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3 comentarios:
pasaba por aquí para agradecerte el comentario en mi blog cuando... PAAFFF!!... me encuentro conque Perla, muy ordenada, me recuerda desde sus post que me estaba olvidando de agregar el post del modulo anterior! ("sonamo!" dijo mi niño interior que ya estaba con una pata en las vacaciones... las de verano ya que se gastó las de invierno!). ahora, además de hacer el post para EATIC (que cada vez me parece más a como EAT las TICS)tengo que ponerme a redactar otro post mas!.
En fin, con tanta sorpresa, casi me olvido de agradecerte tu comentario... y además agradecerte tu blog al día que me hace recordar los deberes!.
Un abrazo, Perla.
Nos seguimos leyendo.
Painé
¡Hola Perla! Muy bueno este post, realmente. Me quedé pensando en el inicio: está muy bueno como vos contás desde tu experiencia personal cosas que yo mencioné vagamente en mi post de EATIC. Me gustó mucho. Besos,
Naty
Perla! que buena apreciación de las herramientas tecnológicas inmersas en nuestra vida cotidiana. Acuerdo con vos cuando decis: "el inicio de una relación conflictiva entre escuela y nuevas tecnologías y hace evidente que en estas situaciones se privilegian los medios tecnológicos por sobre los procesos de enseñanza y de aprendizaje, otorgándoles la categoría de garantes de “actualización pedagógica”." Que buen punto, recorro nos diferentes blogfolios, y todos acordamos con lo mismo pero vos lo describiste excelentemente! un abrazo ceci.-
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